Educación Vial: el cinturón de seguridad salva vidas

Una sociedad que ha adquirido conocimientos sobre el adecuado proceder en la vía pública y la seguridad vial, es una sociedad que progresa. Esto es así, dado que la toma de conciencia resulta fundamental a la hora de prevenir siniestros, evitando tanto el daño a nosotros mismos, como a terceros.


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18/02/2019

La educación vial debe cumplir la función de desnaturalizar las conductas culturalmente aprehendidas por los peatones y conductores, y transmitir nociones básicas sobre las características del espacio público, normas de circulación, señales de tránsito, causas y consecuencias de los accidentes viales, entre otras.

Asimismo, contribuye a la formación integral del educando y promueve capacidades, valores y actitudes que le permiten aprender a proteger su integridad y a participar en la construcción de su ciudadanía, asumiendo sus derechos y responsabilidades frente a las situaciones de riesgo que atenten contra su vida.

Una de las reglas primordiales que promueve la educación vial es el uso del cinturón de seguridad, porque salva vidas: minimiza los daños físicos ocasionados en los accidentes automovilísticos. Su importancia radica fundamentalmente en que nos mantiene dentro del habitáculo del vehículo, que es la parte que ha sido diseñada para sufrir la menor deformación en caso de impacto. De igual forma, permite que el conductor no se desestabilice ante una embestida lateral. En el caso de colisiones frontales, el uso del cinturón reduce el riesgo de fallecimiento y de heridas graves en la cabeza, además de disminuir el riesgo de heridas, fracturas y lesiones de otro tipo.

Otro de los puntos a tener en cuenta es que su uso no es exclusivo de quien conduce el automóvil.  Su utilización es igual de relevante tanto para los pasajeros que se ubican en la parte delantera del vehículo, como en la trasera. Esto es así, dado que se evita el desplazamiento excesivo del ocupante en caso de impacto frontal, así como un movimiento conjunto de asiento y pasajero en el caso de choque lateral.

Algunas claves para su correcta utilización tienen que ver con la disposición del mismo. Concretamente, tiene que estar ajustado al cuerpo, pasando por la clavícula, entre el cuello y el hombro. Otra recomendación es comprobar, antes de circular, que no presente dobleces o esté retorcido, dado que puede ser peligroso en caso de impacto y también pierde eficacia a la hora de protegernos. Una manera sencilla de corroborar si funciona es dando un tirón brusco hacia adelante para ver si retiene.

Otro tip a tener en cuenta es la regulación del asiento del acompañante para que quede ubicado en un ángulo de 90 grados, dado que – si se encuentra inclinado- pueden propiciar la aparición de un efecto denominado ‘submarino’. Se produce cuando el cuerpo no está bien sujeto por el cinturón y éste comienza a deslizarse debajo de la banda abdominal. Las consecuencias de este fenómeno pueden ser muy riesgosas, debido a que puede producir lesiones internas.

Al margen de la obligatoriedad del cinturón de seguridad para todas las personas a bordo de un vehículo, es fundamental tomar conciencia de los múltiples beneficios que trae a la hora de reducir las consecuencias de los accidentes viales. Usar el cinturón de seguridad reduce en un 40%–50% el riesgo de muerte entre los pasajeros de los asientos delanteros de un vehículo y pueden reducir en un 25%–75% la mortalidad entre los ocupantes de los asientos traseros.

 

Fuentes de consulta:

Conocimientos básicos de tránsito para la adolescencia. División Seguridad y Educación Vial de la Dirección de Vialidad de la Provincia de Buenos Aires y COSETRAN (1999)

Antropología vial: símbolos, metáforas y prácticas en el “juego de la calle” de conductores y peatones en Buenos Aires. Pablo Wright, María Verónica Moreira, Darío Soich. (2007)

Informe sobre la situación mundial de la seguridad vial. Organización Mundial de la Salud. (2009)